Cabecita negra

De Del Sector Social
Revisión de 16:44 28 nov 2019 por Marcela (Discusión | contribuciones)

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“Cabecita negra” es una expresión discriminatoria surgida durante la década de 1940 en Argentina.

El origen de “cabecita negra” parece aludir a las grandes concentraciones de personas que solían acudir a los actos políticos del peronismo, generando la imagen de miles de “cabecitas negras”.

Aquellas personas provenían en su mayoría de las zonas rurales de las provincias del norte y litoral argentino, y generalmente se asentaban en el primer y segundo cordón del Gran Buenos Aires (zonas suburbanas y fabriles por aquel entonces).

La expresión encuentra orígenes muy cercanos al nacimiento del movimiento político peronista en Argentina liderado por Juan Domingo Perón, quien fuera presidente del país entre 1946 y 1955. Las tensiones originadas por las políticas sociales del periodo (reducción de la jornada a 8 horas, cobro de aguinaldo, implementación de convenios colectivos de trabajo, período de vacaciones) encontraron un fuerte rechazo en las clases altas porteñas.

Aquel sector de la sociedad, el más beneficiado por estas nuevas políticas, comenzó a ser estigmatizado a partir de palabras que hacían referencia a su clase como “inferior”, identificada con trabajos intensivos, perteneciente a barrios de la periferia urbana, o mediante expresiones que comprenden una discriminación de origen racial como es el caso de “cabecita negra”. Otras expresiones de la época a citar referidas a nuestra anterior enumeración pueden ser: descamisado, grasitas, orilleros o negrada. Quienes profirieron la mayor parte, sino la totalidad, de estas expresiones, marcaban así su rechazo a partir de su presumida superioridad en términos clasistas y raciales.

Durante los años posteriores el uso de la expresión no perdió vigencia, sino más bien se reformuló a partir de variantes como “negro cabeza” y otras reformulaciones que se desprenden de aquella denominación. En este mismo proceso, la expresión fue despojándose de su connotación política, y su uso será extensivo a toda discriminación de índole clasista (sin olvidar el componente racial que en la expresión también se imprime).

Otros ámbitos donde se puede notar la vigencia de la denominación es en el plano musical (por ejemplo el “rock cabeza” expresión que se usa para designar al rock de origen barrial), cultural (por ejemplo el sentido humorístico con el que el humorista Diego Capusotto emplea el término en sus parodias) y en el mismo ámbito político con agrupaciones de extracto peronista que incorporan el término en un sentido identitariamente positivo, aunque esto último no representa novedad alguna si tenemos cuenta que, como menciona el historiador británico Daniel James, “el peronismo de la clase trabajadora se exaltaba identificándose con ‘la chusma’. ‘los grasas’, ‘los descamisados’, ‘los cabecitas negras’”, ya en las épocas inmediatamente posteriores al golpe de estado que daría por fin con el segundo gobierno de Perón.


Recomendación

El empleo del término supone discriminación por orígenes raciales y sociales, además de contribuir a la reproducción de la estigmatización a determinados grupos sociales. Por lo cual su uso, así como el de sus variantes, es totalmente desaconsejado.




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