Villero

De Del Sector Social
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Para lograr definir el término “villero” es necesario hacer una revisión de la procedencia, desarrollo y su utilización, porque si bien se lo usa para referirse a las personas que habitan una villa hay que ver cuando surgió el término y cómo lo adoptó la sociedad.

La palabra villero, aunque no está incluida en el Diccionario de la Lengua Española, sí se encuentra definida en el diccionario Oxford como una expresión despectiva para describir a una “persona que vive en una villa miseria”. (En “delsectorsocial.org no recomendamos el uso de la expresión - ver Villa Miseria).

Es importante plantear el tema de la identidad que tienen las personas que habitan las villas. Por un lado, la identidad y la cultura villera son características que se resaltan y de las que se jactan las personas que viven en las villas. Por el otro lado, como María Eugenia Crovara expresa en su artículo Pobreza y estigma en una villa miseria Argentina, observada desde afuera, la identidad villera generalmente promueve una imagen negativa, siendo esta la causa y el justificativo de la violencia hacia estos grupos de personas.

A la hora de determinar si recomendamos el uso o no de la expresión “villero” debemos analizar ciertos puntos:

  • Quién lo dice
  • Cómo lo dice
  • Cuál es el contexto
  • Cuál es la intención
  • A quién se busca describir con esa expresión

Determinando estas variables, se puede definir la adecuación de su uso. Por ejemplo, si el término se usa en forma peyorativa y se pretende poner a una persona en situación de inferioridad, para marcar la desigualdad que existe entre quien habita y no la villa, en efecto el uso del término va a tener un efecto negativo, por que conlleva una carga de adjetivaciones. También recomendamos evitarlo cuando se la usa para resaltar una característica generalmente asociada a una persona que vive en una villa, pero dirigiéndola a una persona que no vive en una.

Pero, si se usa el término con una connotación positiva o para destacar alguna característica, o identificar con respeto a un grupo de personas que habita la villa, el empleo del término no resulta en una forma de discriminación, sino que por el contrario refuerza la identidad que las mismas personas que habitan la villa sienten.

El orgullo y la identidad que sienten las personas que habitan la villa generalmente está asociado con su capacidad de adaptarse y sobrellevar las circunstancias adversas, haciendo uso de ellas como vehículo que conduzca a una modificación en sus condiciones de vida, tal como lo plantean Boivin, Rosato y Arribas en su libro constructores de otredad.

Por otro lado existe un orgullo y un sentido de pertenencia adicional por el desarrollo de tareas por sí mismos, parte de algún emprendimiento o con alguna organización vecinal en pro de las mejoras de la villa, más aún si esta actividad se lleva a cabo sin apoyo municipal, esto a la postre fortalece la identidad de las personas que habitan la villa, quienes ven la prueba del esfuerzo propio y la capacidad de una comunidad de hacer frente a sus necesidades.

La estigmatización que existe hacia la comunidad villera genera una fuerte distinción entre quienes habitan la villa y quienes no, limitando a las personas que habitan la villa la posibilidad de acceder a algunos bienes y servicios, trabajos, etc. en razón del territorio que habitan. La estigmatización a nivel territorial, juzga a quien habita un determinado lugar, únicamente por su pertenencia al lugar, sin importar lo que hagan o no, tal como lo plantea Wacquant.

María Cristina Cravino, en su libro las transformaciones en la identidad villera… la conflictiva construcción de sentidos sostiene que, la identidad colectiva de las personas que habitan la villa, se empieza a construir desde la organización para la obtención de un lote en el que se pueda levantar una vivienda; en este momento es cuando por primera vez el grupo se une y se organiza en búsqueda de un objetivo común que es lograr asentarse en determinado territorio.

Cuando las personas que habitan la villa empiezan a luchar en forma conjunta por su derecho a la vivienda, están luchando de fondo por ser reconocidos como grupo por el estado y la sociedad civil, el problema radica en que por lo general, el reconocimiento es sesgado por la discriminación, el rechazo y toda la estigmatización que existe hacía las personas que habitan la villa y que ha existido hace más de cinco décadas.

Ésta estigmatización que ha perdurado en el tiempo puede llevar a las personas que habitan la villa al ocultamiento del origen cultural, social y geográfico, excluir sus experiencias de las conversaciones y finalmente resulta en un desconocimiento de la propia historia y necesidades, de su lugar de habitación en el entorno y en ocasiones hasta el ocultamiento de su familia y de su propia persona e identidad.

La mirada externa generalmente homogeniza, de manera que los prejuicios que se han construido a nivel social conducen a la identificación de la villa de forma desfavorable, atribuyéndole características negativas a nivel general considerándolas como típicas en el grupo, abandonando la posibilidad de resaltar a las personas que habitan la villa de forma positiva, y contribuyendo a la construcción de un estigma cada vez más grande en la sociedad.

El término villero ha ido modificando su sentido a través de los años, sin embargo tiene una valoración diferente según el ámbito social en que se emplee. Por ejemplo, ocasionalmente en el ámbito periodístico el término se emplea de forma negativa. No obstante, el periodismo villero, que nace y se desarrolla en las villas, que está a cargo de los comunicadores que son seleccionados por las asambleas que integran las personas que habitan las villas, pretende tener visibilidad, dar una batalla a nivel cultural, poder contar lo que pasa al interior de las villas, utilizar el periodismo como una herramienta al servicio de quien más lo necesite.

Éste periodismo busca liberar de tantos años de silencio de los sucesos que acontecen a diario en las villas del país, y quien mejor para contarlo que las personas que las habitan. Además pretende eliminar las miradas estigmatizadoras que han sido construidas en la sociedad por los grandes medios de comunicación al proyectar la imagen de las villas y las personas que las habitan en el marco de “droga, delincuencia y muerte”, es importante que la gente conozca todas las historias de solidaridad, compromiso y participación que se dan al interior de las villas para así, identificar a los “villeros” de forma positiva.

En conclusión la identidad villera tiene una imagen positiva desde la óptica de quienes habitan la villa y llevan a cabo proyectos en pro de su bienestar, o negativa generalmente cuando se observa de afuera, utilizándola como justificativo para la violencia que constantemente es ejercida sobre las personas y el estigma que se ha mantenido por años.

De manera que la utilización del término villero es adecuada, siempre que su uso sea con respeto y para destacar cualidades de este grupo de personas. Y se recomienda evitar el uso, si se pretende generar una distinción entre quien habita o no la villa y se hace de forma estigmatizadora o para poner a quien habita la villa en situación de inferioridad.

Queremos agradecer a Lucas Morales, perteneciente a la organización Botines Solidarios, por su colaboración en la confección de esta entrada.



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